Este es un trabajo realizado para el cumplimiento de uno de los requisitos de la materia Fuentes Bíblicas y con el objetivo de poder compartir los conocimientos aprendidos en clase a través del Pastor Víctor Armenteros.
Uno de los temas visto en clase que despertó mi atención fue acerca de la septuaginta, “la primera biblia hebrea” de la cual se basará este trabajo. Su leyenda, y posterior creencia por parte de la gente de la época invita a la reflexión.
Esta traducción se llama la Septuaginta, que significa “de los setenta” y a menudo se identifica por los números romanos que se usan para indicar setenta (LXX). La leyenda de cómo la Septuaginta se tradujo, y de cómo adquirió este nombre se cuenta en un documento llamado la Carta de Aristeas. La leyenda dice que setenta y dos eruditos comenzaron a traducir las Escrituras judías —del hebreo al griego— al mismo tiempo. La carta sigue diciendo que todos terminaron su trabajo al mismo tiempo, en setenta y dos días, y que los setenta y dos eruditos descubrieron que sus traducciones eran idénticas! La cifra de setenta y tantos de esta historia le dio nombre a esta traducción. Esta versión griega de la Biblia era la que usaba el pueblo judío esparcido a través del mundo romano, porque la mayoría de ellos hablaba griego en lugar de hebreo. Las más antiguas copias de la Septuaginta datan del siglo segundo a. de C., es decir, más de cien años antes de que Jesús naciera. La Septuaginta fue también la versión principal de las Escrituras judías que usaron los primeros cristianos.
No se sabe con exactitud cómo se decidió qué libros debían considerarse lo bastante sagrados para incluirse en las Escrituras judías. Sí sabemos que alrededor del año 100 d. de J.C., un grupo de especialistas judíos se reunió en la ciudad de Jamnia, un centro de erudición judía situado al oeste de Jerusalén, para discutir qué libros debían estar [definitivamente] en las Escrituras. Probablemente estas discusiones eruditas fueron responsables en gran medida de la decisión de la comunidad judía de mantener treinta y nueve libros en la lista sagrada (o canon).
Siete libros, a veces llamados deutero - canónicos (es decir, “de la segunda lista”) quedaron excluidos. En la actualidad, la mayoría de las iglesias protestantes siguen la lista original de treinta y nueve libros y la llaman el Antiguo Testamento. Las iglesias Católica Romana, Anglicana (Episcopal) y Ortodoxa oriental incluyen los libros deutero - canónicos en su Antiguo Testamento.
Personalmente creo que esta información nos brinda la posibilidad de ampliar un poco nuestros conocimientos y a la vez poder pensar un poco acerca de cómo todas aquellas personas que no tenían suficientes conocimientos, llegaron a creer como una realidad, esta utópica leyenda.
Es nuestro deber estar preparados para poder responder ante cualquier mentira que el enemigo de Dios quiera introducir en nuestras vidas.
La mejor manera de poder estar preparados, es mantener una constante comunión con el seños a través de la oración y el estudio de su palabra.
Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16,17).
